Foto: aragonradio.es |
¿Cómo se
cultiva?
El azafrán
necesita clima extremo: temperaturas altas y secas en verano, y frías en
invierno. La tierra debe ser seca,
calcárea, aireada, llana y sin arboles. La meseta Castellano-Manchega (España) reune estas características que la han convertido en una de las regiones productivas
más importantes del mundo.
Foto: naturalife.es |
En el hemisferio norte la siembra se realiza entre los meses de Junio
y Julio. Para ello, se hacen unas franjas de unos 20 cm de profundidad y se depositan los bulbos, cada 10 cm, en dos hileras paralelas dentro de cada surco.
La cosecha del azafrán es entre finales de Octubre y principios de Noviembre. La floración de la rosa se produce al amanecer
y debe permanecer el menor tiempo posible en el tallo ya que se marchita y sus
estigmas pierden color y aroma, por lo que se recolectan entre la madrugada
y las 10 de la mañana. Una vez recolectadas, se
procede a separar los estigmas de las flores, labor que recibe el nombre de
"el desbrín de la rosa". Se necesitan 85.000 flores
para obtener un kilo de azafrán para consumo lo que da una
idea de la dureza de esta labor.
Los estigmas de la rosa
del azafrán presentan un alto grado de humedad, por lo que para su buena
conservación se hace necesario secarlos mediante el proceso del tueste,
con el que adquieren su forma definitiva: color rojo brillante, rígido y sin
arrugas. Tras el proceso de tueste,
los estigmas merman cuatro quintas partes de su peso inicial, es decir,
por cada kilo de estigmas crudos se obtienen 250 gramos de azafrán listo para consumo.
Foto: origenespana.es |
Usos
En España el principal uso
del azafrán es el gastronómico. Se utiliza en pequeñas cantidades, como condimento en las picadas, para dar aroma y sabor tanto a preparaciones saladas como en dulces y colorante en guisos, arroces, maceraciones (por ejemplo, para los pinchos morunos), etc.
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